lunes, 21 de enero de 2013

ENCUENTROS CON LA GENTE DE LA SIERRA SUR: ASESORÍA PARA PADRES Y MADRES

El pasado día 16 de enero nos invitaron a la Cadena Dial Sierra para hablar de la “Asesoría y Orientación para Padres y Madres” dentro del programa "Encuentros con la gente de la Sierra Sur".
Os ponemos la entrevista por si no pudísteis escucharla.

El Excmo. Ayuntamiento de Alcaudete ha vuelto a poner en marcha el servicio de “Asesoría y Orientación para Padres y Madres”. Hoy nos acompaña su psicóloga, Paqui Cano, para hablarnos de este servicio.

ANA: Para comenzar ¿por qué se ha creado una Asesoría y Orientación para padres y madres?

Llevaba más de 5 años haciendo talleres en los colegios de infantil y de primaria y al final de cada taller siempre tenía un corrillo de madres esperándome para preguntarme cosas concretas, así que el año pasado decidí cambiar la forma de trabajar con los progenitores y empezamos con la asesoría para dar cabida a los casos particulares. Por ahora nos va muy bien.

La Asesoría y Orientación para padres y madres surge con dos objetivos: El primero, es entrenar a los padres y madres en habilidades sociales y educativas y el segundo, mejorar habilidades sociales y educativas instaurando estrategias de afrontamiento de los problemas de padres y madres.

ANA: ¿Qué es el servicio de Asesoría y Orientación para padres y madres?

Es un servicio gratuito que presta el Excmo. Ayuntamiento de Alcaudete. Se inició el año pasado y debido a su éxito y a la demanda de los padres y madres se ha vuelto a abrir. Lo que pretendemos es ayudar a las familias a afrontar los temas que les preocupan, en la educación del día a día con sus hij@s, potenciando las habilidades educativas en el contexto familiar.

ANA: ¿Dónde y cuando se realiza?

La asesoría empezó el mes pasado y estaremos hasta finales de febrero. Va a tener una duración de tres meses. Su horario es los jueves de 11h-13h en el centro de Servicios Sociales Comunitario de Alcaudete.

ANA: ¿Quién la hace?

La hago yo misma que soy psicóloga y llevo más de cinco años trabajando con los padres y madres.

ANA: ¿Qué temas se tratan en la Asesoría y Orientación para padres y madres?

Pues es a la carta, dependiendo de la demanda de las madres. Intentamos dar respuesta a los temas del día a día que les preocupan a las familias a la hora de afrontar la educación de sus hij@s. Trabajamos cada caso de forma individual y según las demandas de esa familia en concreto. Tratamos temas muy diversos, desde situaciones cotidianas a técnicas de modificación de conducta específicas, como la economía de fichas, la extinción o el tiempo fuera. Aspectos tan básicos, como son los estilos educativos o la importancia de establecer normas en casa y cómo hacerlas cumplir mediante los refuerzos positivos y negativos. Otras veces, nos llegan madres que están en proceso de separación o divorcio y quieren pautas de actuación para sus hij@s en esta nueva situación familiar. Otras madres, vienen para que le ayudemos con sus hij@s preadolescentes o adolescentes. También damos información sobre drogas y adicciones al móvil, videojuegos e Internet. Como veis no nos aburrimos, cada progenitor que llega a la asesoría es un nuevo reto.

ANA: ¿Cuál es el tema estrella por el que acuden los progenitores?

El año pasado vinieron mamás preocupadas principalmente por la alimentación de sus niñ@s y este año están viniendo mamás que quieren aprender técnicas de modificación de conducta para aplicarlas con sus hij@s y también hay otras madres que están en proceso de separación y divorcio.

ANA: Si algún padre o madre está interesado en acudir a este servicio, ¿qué tiene que hacer?

Tan sólo hay que llamarme por teléfono al 953 56 22 09 para que pueda darles una cita.

ANA: ¿Quiénes acuden a esta asesoría?

Hasta el día de hoy solo han acudido madres a la asesoría, desde aquí aprovecho para invitar a los papas, ya que ambos educan a sus hij@s e hijas, ya sea de una forma inconsciente o intencionada.

Se dan dos tipos de personas. Aquellas que están interesadas en la educación de sus hij@s y empezamos desde cero para llegar a los temas en los que tienen dificultades y otras que acuden con dudas puntuales y cuando se resuelven dejan de asistir.

Lo primero que me gusta explicarles a los padres y madres cuando vienen a la asesoría la primera vez son los distintos tipos de modelos de autoridad parental o estilos educativos porque de ahí parte todo lo relativo a la educación de los hij@s y me parece muy importante hacer reflexionar a los progenitores sobre este tema.

ANA: Hablas de los modelos de autoridad parental y de los estilos educativos, ¿qué son?

El pilar de la educación de los hij@s es el estilo educativo qué es la forma de establecer relaciones y resolver conflictos entre los padres y madres y sus hij@s. Esto re refleja en pensamientos, actos y acciones que tenemos con l@s hij@s.

Hoy en día muchos padres asocian la autoridad al autoritarismo y no quieren someter a sus hij@s a normas rígidas o exigirles demasiado. Otros, en cambio, confunden el amar a sus hij@s con tratarles con demasiada permisividad e indulgencia. Como padres y madres no debemos caer en ninguno de estos errores. Un talante sereno, dulce y comprensivo ha de ser compatible con una exigencia firme y razonable.

ANA: Entonces ¿hay más de una manera de educar a nuestros hij@s?

Si, hay tres estilos educativos. Uno es el estilo autoritario en el que se valora excesivamente la obediencia y la disciplina. Los progenitores están poco atentos a las necesidades y deseos de los hij@s. Las normas son estrictas y no tienen en cuenta las necesidades de los miembros de la familia y no explican las razones cuando dan órdenes.

ANA: Imagino que esta forma de educar a los hij@s tendrá unas consecuencias en ellos distintas que si usáramos otro estilo educativo.

Efectivamente.

ANA: ¿Qué consecuencias tiene entonces este estilo de educación en los hij@s?

Los hij@s pueden desarrollar sentimientos de agresividad, de odio, al no sentir la suficiente autonomía personal. Pueden tener dificultad para cambiar planes o para tomar decisiones. Como sus padres piensan por ellos no están acostumbrados a tener que tomar decisiones por ellos mismos. También pueden sentir angustia y culpabilidad al sentir que no están satisfaciendo a sus padres.

No quiere decir que los menores experimentes todas estas consecuencias, pero si algunas de ellas dependiendo de cada caso particular. Esto mismo nos va a ocurrir en cada uno de los estilos.

ANA: Hablabas de que había más de un estilo. Háblanos de otro.

Otro estilo educativo es el democrático. En este estilo los progenitores exigen el cumplimiento de unas normas, aunque son flexibles. En estos hogares las normas se razonan y se adaptan a los miembros de la familia y tienen en cuenta las necesidades y deseos de sus hij@s.

ANA: ¿Cómo son los hij@s e hijas cuyos progenitores tienen un estilo democrático?

Estos progenitores desarrollan en los hij@s el sentido de responsabilidad para que asuman las consecuencias de sus actos. Son niñ@s que saben tomar decisiones y que aprenden actitudes de trabajo en equipo, tienen respeto por las normas...

ANA: Si hay tres estilos educativos ¿cual es el último?

El último estilo que nos queda por citar es el permisivo. Se caracteriza porque en estos hogares no hay control. Los padres se sienten muy culpables poniendo normas y por tanto no las ponen o no hacen que se cumplan. Otra característica, es que los progenitores suelen ceder ante las exigencias de los hij@s, que siempre salen ganando en los problemas. También tratan de evitar que sus hij@s se enfrenten a las dificultades de la vida, y van quitándoles obstáculos.

ANA: ¿Qué consecuencias tiene aplicar un estilo permisivo en los hij@s?

Las consecuencias que puede tener en los hij@s aplicar este estilo permisivo es que no valoran las cosas porque los progenitores se lo han dado todo hecho, con lo cual no van a aprender a esforzarse y sacados del ambiente familiar les cuesta defenderse por sus propios medios y se muestran inseguros.

ANA: ¿Puedes ponernos algún ejemplo para que se entiendan mejor los estilos educativos?

Si claro. Intentaré poner un ejemplo que se entienda bien. Ante una misma situación tendríamos tres formas distintas de actuar. La situación es la siguiente: Al niño le cuesta trabajo aprobar las matemáticas y el próximo martes tiene un examen que queremos que apruebe. Ha estado estudiando para el examen. La mañana del examen se levanta malo con fiebre y hace mal el examen.

El padre o la madre autoritarios le dirían la siguiente norma: “Tienes que sacar más de un 5 en el examen de matemáticas del martes” y si el niño no lo saca tendría un castigo que no le habría específicado anteriormente y además no tendrían en cuenta el esfuerzo del niño que había estado estudiando, pero que se puso malo.

El padre o la madre permisivos le dirían en caso de que hay norma: “Sacar más de un 5 en el examen de matemáticas del martes”. Como el niño ha estado malo los padres lo disculpan y no le hacen cumplir castigo.

El padre o la madre democráticos le dirían: “Si sacas más de un 5 en el examen de matemáticas del martes por la tarde vamos al cine y si sacas menos de un 5 esa tarde no podrás jugar con la videoconsola”. Pues bien esa es la norma que le han dado a nuestro hijo. En ella le han explicado claramente cuales son las consecuencias de su conducta. Además estos padres van a tener en cuenta que el niño estaba enfermo y valorarán que se ha esforzado a la hora de hacer cumplir el castigo.

ANA: ¿Hay un estilo educativo puro o se da una mezcla de los tres?

Es una buena pregunta Ana. Esta misma preguntan me la hacen muchos padres en los talleres. Los distintos estilos educativos no se dan en estado puro. No son posturas radicales del todo o nada, sino que es un continuo en el que un extremo estaría el estilo autoritario y el otro el estilo permisivo, quedando el estilo democrático en el medio. Puede ocurrir que los progenitores se reconozcan en varios estilos educativos. No obstante, en el día a día siempre se tiende a utilizar un estilo más que otro. Esto está motivado por nuestras creencias sobre el desarrollo y el crecimiento de los hij@s.

ANA: Entonces, ¿cual es el mejor estilo para educar a los hij@s?

Sin duda alguna, el estilo democrático porque en esta forma de educar se es exigente, pero a la vez sensible a las necesidades de los hij@s. El comportamiento se controla con normas y límites claros y va a tener consecuencias muy positivas en los menores: sabrán tomar decisiones, serán resolutivos, con una buena autoestima…

ANA: ¿Qué pueden hacer los padres que quieran conseguir un estilo educativo democrático?

Lo que pueden hacer es valorar los intentos y esfuerzos, resaltando lo que los hij@s hacen bien. Es muy importante ser coherente entre lo que se dice y lo que se hace. Por ejemplo: No podemos decirle a nuestra hija adolescente que no fume si nosotros lo hacemos. También es bueno tener confianza en los hij@s y reconocer que nadie es perfecto, ni siquiera las mamás y los papás. Reconocer los errores propios da seguridad y tranquilidad a los niñ@s.

Desde aquí invito a los progenitores a que se acerquen a la asesoría y estudiaremos cada caso en concreto para intentar llegar a ese estilo democrático deseado.

ANA: Por tu experiencia que estilo educativo predomina en los hogares de Alcaudete.

Yo siempre digo que en España no hay término medio, pasamos del blanco al negro y no atendemos a los grises y esto mismo pasa con los estilos educativos. No hace mucho que salimos de una dictadura en la que había mucho autoritarismo que se reflejaba también el los hogares. Los padres de antes eran del tipo “cuando seas padre comerás huevos” y “porque lo digo yo”. Los hij@s que se han criado así son ahora nuestros padres y madres que huyendo de este estilo autoritario porque no lo querían para sus hijos se han ido al otro extremo del continuo y han adoptado un estilo permisivo.

Así que respondiendo a tu pregunta en Alcaudete, como en casi todos los municipios españoles actualmente predomina un estilo permisivo en el que hay pocas normas o no se cumplen. Afortunadamente gracias a todo el trabajo que se realiza desde las escuelas de padres, programas de prevención… se está tomando conciencia de la importancia de que los dos miembros de la pareja compartan el estilo democrático en el que hay unas normas para los niños, pero a la vez se es flexible.

ANA: Hemos visto la importancia de los estilos educativos y la influencia que tienen en los hij@s cada uno de ellos, pero ¿qué importancia tiene la comunicación dentro de las familias?

La comunicación es la principal herramienta educativa de los progenitores, puesto que es el medio por el que podemos expresar nuestros sentimientos, pensamientos y a través del cual podemos saber lo que piensan y sienten las demás personas que integran la familia.

ANA: Puede decirse que haya varios tipos de comunicación familiar, al igual que se dan varios tipos de estilos educativos.

Si. Hay un psicólogo llamado Steede que ha publicado el libro “Los errores más comunes de los padres y como evitarlos”. El dice que hay una tipología de padres basada en la forma de comunicación que establecen con sus hij@s. Unas serían las familias autoritarias, que temen perder el control de la situación y utilizan órdenes y gritos para obligar al niñ@ a hacer algo, teniendo muy poco en cuenta las necesidades del niñ@. Otro tipo, son las familias que hacen sentir culpa: estos padres utilizan un lenguaje con mensajes negativos infravalorando las acciones o las actitudes de los hij@s. Utilizan comentarios del tipo “no corras que te vas a caer”, “te lo dije”… También hay otras familias que les quitan importancia a las cosas: Comentarios del tipo “No será para tanto”. Lo que pretenden es tranquilizar de inmediato al niñ@ pero lo que consiguen es que el niñ@ sienta que no tiene derecho a sentir lo que siente y rechace la ayuda del padre. Y por último, las familias que dan conferencias: este tipo de padres y madres son los que al hablar con sus hij@s caen en el error de dar conferencias o sermones.

ANA: ¿Hablamos lo suficiente con los hijos?

Todo el mundo está de acuerdo en que hablar con los hijos es importante. No obstante, es una idea muy extendida que la mayor parte de los padres y madres no disponen de tiempo para hablar con sus hijos. Ahora bien, tan importante como la frecuencia de conversaciones, lo es la calidad de la comunicación con los hijos y entre los padres.

ANA: ¿Qué pueden hacer los padres y madres para fomentar una buena comunicación en la familia?

Algunas recomendaciones que les daría a los progenitores para mejorar la comunicación en casa serían: que propicien la comunicación con sus hij@s desde pequeños, buscando momentos para conversar. Que tomen la iniciativa haciéndoles preguntas o comentando vuestras cosas con vuestros hij@s. Es bueno, ofrecerles unas rutinas comunicativas mínimas, como por ejemplo: saludar cuando se llega a casa, dar las buenas noches, avisar cuando salimos de la casa, etc. Estos pequeños actos cotidianos favorecen la comunicación y crean lazos afectivos. Haced que vuestros hij@s se sientan escuchados.

ANA: ¿Qué tienen que hacer los padres para hacer que sus hij@s se sientan escuchados?

Pues manteniendo la atención cuando os hablen, mostrando un interés real por lo que os cuenten, no interrumpiéndolos, no juzgándolos, ni sacando conclusiones antes de que terminen.

Si algún padre o madre que esté escuchando el programa quiere saber más información que pidan cita en la asesoría. Para trabajar temas de comunicación suelen acudir madres de preadolescentes y adolescentes por las características de esta etapa evolutiva.

ANA: Antes nos comentabas que otro tema que te demandan en la asesoría es el establecimiento de normas y límites en el hogar. ¿Qué son las normas y los límites?

Una norma es una instrucción clara y directa sobre un comportamiento que queremos modificar, ya sea para aumentarlo, para disminuirlo o para eliminarlo. En cambio, un límite es un tope que nos indica hasta donde podemos llegar con un comportamiento concreto.

ANA: ¿Es necesario establecer normas familiares?

Sin duda, las normas marcan la organización necesaria para que una familia funcione. A través de las normas los niñ@s aprenden que está permitido y que está prohibido, o lo que es lo mismo, cómo deben hacer las cosas.

ANA: ¿Por qué es necesario enseñarle normas y límites a nuestros hij@s?

Hay varias razones para ello. Una de ellas, es que dan a nuestros niñ@s seguridad, protección y confianza. Es más probable que un niñ@ tenga el comportamiento que esperamos de él, cuando conoce qué es lo que debe hacer. Las normas y los límites también ayudan a los niñ@s a autorregularse porque desde pequeños asumen las normas impuestas por los padres. A medida que se hacen mayores van siendo capaces de interiorizar esas normas y cumplirlas sin necesidad de supervisión, con lo cual estamos haciendo que nuestros hij@s sean más autónomos. Otra función de las normas es preparar a los niñ@s para vivir en sociedad. Si han aprendido desde pequeños que no siempre se puede obtener lo que se quiere tendrán capacidad para tolerar la frustración y capacidad para demorar la gratificación, con lo cual estamos haciendo personas más felices.

ANA: ¿Tienen todas las normas la misma importancia?

No. No todas las normas son igual de importantes. Los psicólogos las dividimos en tres grupos. Primero, estarían las normas fundamentales que son innegociables, como por ejemplo las que tengan relación con la seguridad de nuestros hij@s, no mentir, etc. Luego estarían las normas importantes que son matizables en función de las circunstancias, como por ejemplo: la hora de llegar a casa en días laborables o de fiesta. Y por último, las normas accesorias que son negociables porque regulan los aspectos más superficiales de la vida doméstica, como por ejemplo, ordenar la habitación.

ANA: Si las normas tienen tantos beneficios en el desarrollo de los hij@s ¿por qué a algunos padres y madres les cuesta trabajo ponerlas?

Es verdad, que a algunos progenitores tienen problemas para establecer normas en sus hogares. Esto puede deberse a diversos factores, como por ejemplo, por el ritmo de vida tan acelerado que llevamos algunos padres intentan, de esta forma, compensar el poco tiempo de dedicación que les pueden dar a sus hij@s. Otros padres, son inseguros y tienen baja autoestima y no establecen normas porque desean ser aceptados por sus hij@s. Hay veces, en las cuales los padres, entre sí, tienen opiniones distintas sobre una misma situación o desacreditan el juicio del otro progenitor. También, se da el caso de progenitores que no saben dónde poner los límites, ni en qué situaciones.

ANA: ¿Aplicamos de la misma manera las normas según la edad de nuestros hij@s?

Cuando los niñ@s son pequeños cumplen las normas porque las viven como algo impuesto, no porque las vean razonables. Las explicaciones de por qué y para qué de las mismas se deben de empezar a trabajar a partir de los 6 o 7 años. Mientras que en la adolescencia, hay que argumentarlas.

ANA: ¿Cómo tienen que ser las normas?

Las normas tienen que ser realistas, claras, consistentes y coherentes.

Tienen que ser realistas porque han de ser posibles de cumplir y estar adaptadas a la edad, personalidad del niño… Por ejemplo: “No podemos castigar al menor sin jugar con la videoconsola todo el trimestre”.

Claras porque los menores no pueden cumplir las indicaciones que no entienden. Por ejemplo, “En casa antes de las 10” es más fácil de entender y cumplir que “Vuelve temprano”.

Las normas también tienen que ser consistentes porque su aplicación debe de ser la misma independientemente de nuestro estado de ánimo o de lo ocupados que estemos. Por ejemplo, seguimos con la norma de antes: “Llegar a casa antes de las 10”, no debe ignorarse que el niño ha llegado una hora tarde, si no se le hace afrontar las consecuencias de este retraso los padres perderemos credibilidad.

Y por último, las normas deberían ser coherentes. Cada miembro de la familia tenemos distintas funciones y consecuentemente distintas normas. Las que afectan a los hijos más pequeños no pueden ser las mismas que afectan a sus hermanos mayores.

ANA: Para aquellos padres y madres que nos están escuchando ¿Cuáles son los pasos a seguir para establecer una norma?

Lo primero que podemos hacer es asumir el papel de padres y madres y como tales, establecer claramente las normas a nuestros hij@s. Es bueno hablar de las normas, de su necesidad y las condiciones en las que se deben cumplir con nuestros hij@s e hijas. A medida que la niña o el niñ@ crecen van pidiendo y necesitando mayor libertad, para ello debe de entrar en juego la negociación. Así, sin perder de vista las normas importantes de las familias, se favorece que consigan mayor autonomía, pero también que asuman la responsabilidad que esta conlleva. También tenemos que establecer claramente unos límites a esas normas. Las normas son estables aunque pueden modificarse en función de las necesidades familiares y el propio desarrollo evolutivo de las hijas y los hij@s. Tan fundamental es comunicar a los hij@s las hijas las normas y límites que van a regir la convivencia familiar, como cuales son las consecuencias de su cumplimiento e incumplimiento. El premiar su cumplimiento es sólo al principio, hasta que la interioricen y se convierta en un hábito. No se debe proteger a las niñas y los niñ@s de las consecuencias que experimenten por su mala conducta, si no que tienen que notar las repercusiones de sus conductas para aprender de ellas. Otro aspecto a tener en cuenta, es que se critica la conducta y no a la persona.

ANA: ¿Puedes ponernos algún ejemplo?

Si. Por ejemplo: los papás quieren conseguir que Ana, su niña, haga la cama. La norma sería: “Hacer la cama”. Habría que especificarle en que momento. Por ejemplo, si se quiere que la haga después de desayunar, la norma que se le daría a la niña sería: “Ana, haz la cama después de desayunar”. Los progenitores estableceríais cual va a ser el privilegio de cumplimiento, por ejemplo: que Ana tome su desayuno preferido y una consecuencia de incumplimiento: que Ana no juegue a la consola esa tarde. Estas consecuencias habría que explicárselas a la niña. De tal forma, que la norma que le daríamos a la menor sería: “Ana, haz la cama después de desayunar. Si haces la cama hoy podrás tomar el desayuno que más te guste y si no la haces esta tarde no podrás jugar a la consola esta tarde”. Esta norma se le daría una sola vez, manteniendo un tono calmado y tranquilo y asegurándonos de que la pequeña lo ha entendido. Si Ana hace la cama tendrá su premio y si no su castigo que aplicaremos de forma inmediata.

ANA: Nos has comentado la importancia de establecer normas en casa, pero ¿cómo hacemos qué los hij@s las cumplan?

Una buena pregunta Ana. La actitud de los padres cuando educan a sus hij@s es fundamental para fomentar el comportamiento correcto o corregir el inadecuado. Los comportamientos se repiten o no en función de las consecuencias que les siguen. Para modificar o reforzar la conducta habitualmente se hace mediante premios o castigos, aunque no siempre acertamos con el adecuado. A veces los castigos pierden efectividad o se quedan en simples amenazas y los premios pueden llegar a perder su valor si los damos con demasiada facilidad.

Lo más importante es saber que siempre es más educativo reforzar la conducta positiva que castigar la negativa. Esto no quiere decir que haya que estar premiando constantemente al niñ@ por lo que hace, si no que hay que motivarlo para que por si mismo quiera hacer las cosas bien.

ANA: ¿Cómo fomentamos una conducta positiva en los menores?

Suele fomentarse de varias formas. Los premios es quizá la herramienta que mejor conocen los padres. También pueden fomentarse las conductas a través de la observación de los padres, ya que los niñ@s cuando son pequeños imitan tanto las buenas como las malas conductas. Por eso, es muy importante que los progenitores sean conscientes de esta imitación y procuren ser unos modelos adecuados para sus hijos. Otra forma de instaurar comportamientos positivos es mediante un programa de puntos.

ANA: Dices que los premios son muy utilizados por los progenitores. Háblanos de ellos.

El premio es un estímulo que aumenta la probabilidad de la emisión de la conducta. Pueden ser sociales, materiales, de actividades...

ANA: ¿Cuáles son los premios sociales?

Los premios sociales son por ejemplo prestarle atención al niñ@, elogiarlo, demostrarle afecto mediante besos; abrazos, caricias…

ANA: ¿Y los premios materiales?

Por ejemplo los juguetes, el dinero, el material deportivo… dependiendo de lo que le guste a nuestro hijo.

ANA: ¿Y los premios de actividades?

Ver la tele o bien jugar con ellos a su juego preferido o llevarlos al parque.

ANA: ¿Qué es más eficaz un premio social o uno material?

Los premios materiales son eficaces cuando le pedimos al niñ@ que empiece a hacer algo por primera vez. Pero, por lo general, una sonrisa o una frase de apoyo son refuerzos que bastan para fijar el comportamiento. El niñ@ va a repetir la acción porque los padres son su referente de autoridad y le dicen que está bien.

ANA: ¿Siempre que haga el niñ@ algo bien lo premiamos?

Los premios tienen que ser merecidos, deben ser la recompensa al esfuerzo. Ahora bien, no podemos premiarlo todo porque al final el niñ@ no va a valorar ni el premio, ni lo que supone esforzarse.

Al principio hay que premiar todas las veces hasta que el comportamiento nuevo esté bien aprendido. Y pasaremos a hacerlo ocasionalmente cuando el comportamiento esté consolidado utilizando los reforzadores de vez en cuando y a intervalos diferentes.

ANA: Ahora que nos has comentado como aplicar los premios con los hijos, puedes explicar en qué consiste la técnica de programa de puntos.

Es una técnica muy sencilla de aplicar. El secreto que siempre le doy a los progenitores que quieren usar estas técnicas es la paciencia y la constancia. Es una técnica muy eficaz, pero se necesita mucha paciencia.

Hay muchos variantes de los programas de puntos. La que más explico en la asesoría es la economía de fichas que consiste en darle puntos a los menores cada vez que realicen adecuadamente la conducta que los progenitores deseen que haga. Con esos puntos el niñ@ podrá comprar premios después. El objetivo es motivar al niñ@ para que realice esa conducta y desee repetirla con frecuencia. Esta repetición hará que pase a formar parte de su repertorio de conducta. Es decir, se habituará a hacerlo así y ya no serán necesarios los premios.

Básicamente esto es una economía de puntos. Luego como todas las técnicas habría que aplicarla de una forma concreta. Aprovecho para invitar a los padres que estén interesados en aplicar esta técnica con sus hijos o cualquier otra a que acudan a la asesoría y yo estaré encantada de explicársela.

ANA: Recordamos para aquellas personas que se han incorporado más tarde que hoy hablamos con la psicóloga del servicio de Asesoría y Orientación para padres y madres que lleva a cabo el ayuntamiento. ¿Nos lo recuerdas Paqui?

Claro Ana la Asesoría y Orientación para padres y madres es un servicio gratuito que presta el Excmo. Ayuntamiento de Alcaudete. En él se ayuda a las familias a afrontar los temas que les preocupan en la educación del día a día con sus hij@s. El horario de atención son los jueves de 11h-13h en el centro de Servicios Sociales Comunitario de Alcaudete. Para pedir cita tan sólo hay que llamarme por teléfono al 953 56 22 09.

ANA: Volviendo a la entrevista. Acababas de comentarnos como reforzamos una conducta positiva, pero ¿cómo se castiga una mala conducta?

Cuando aparece una mala conducta o cuando se han saltado las normas o reglas se aplican los castigos.

Para aplicar bien los castigos os daré algunos consejos. Lo primero es tener las normas y límites muy claros y estar seguros de que los hij@s también. Debemos estar seguros de que el niñ@ sabe porqué se le castiga y cómo se espera que se comporte la próxima vez. Antes de aplicar el castigo le hemos advertido al menor cuales serían las consecuencias de su mal comportamiento. También es importante cumplir las advertencias y hacer cumplir los castigos. No hay que despreciar al niñ@ como persona, lo que está mal es la conducta que el niñ@ ha realizado. Tampoco se debe usar el castigo físico. Ni castigar con la comida o con el sueño, ya que son hábitos saludables y necesarios.

ANA: ¿Qué tipos de castigo hay?

Hay varios tipos de castigo, por ejemplo las reprimendas, las consecuencias naturales, el tiempo fuera, quitar privilegios…

ANA: Nos explicas cada uno de ellas.

Si. Empiezo por las reprimendas. Las reprimendas son el primer paso que se suele dar para castigar. Los progenitores debemos desaprobar la conducta inadecuada, mostrar el disgusto, pero sin atacar directamente a la persona.

Por ejemplo, es mucho mejor decir "te has portado muy mal" que decir "qué malo eres".

ANA: Desafortunadamente la frase de “que malo eres” la he escuchado muchas veces.

Si es cierto. Yo también la escucho más de lo que me gustaría. El problema es que decirle a un niñ@ "qué malo eres" genera más rabia en él y afecta negativamente a su capacidad de rectificar. Además, si es una frase que se le repite a el niñ@ frecuentemente puede creerse que es malo y seguramente lo que este mal son algunas de las conductas que realice.

ANA: Continúas explicándonos los demás tipos de castigos.

Si. Otro tipo de castigo son las consecuencias naturales en las que se trata de dejar a los niñ@s que sufran las consecuencias directas de su comportamiento.

Por ejemplo, los padres y madres no buscarían las cosas del niñ@ desordenado o no arreglarían el juguete que ha estropeado en una rabieta.

Otra forma de castigar a los niñ@s sería con el tiempo fuera que es un modo de permitir al niñ@ calmarse por sí mismo a la vez que reflexiona sobre su conducta. Se puede buscar "el rincón de pensar" o el "sillón del arrepentimiento".

ANA: ¿El tiempo fuera sería entonces cuando los maestros nos castigaban mirando hacia la pared?

Exacto, ahora lo que hacen en infantil es el “rincón para pensar” que es la misma técnica, pero el niñ@ está sentado reflexionando sobre su conducta.

ANA: Queda el castigo de quitar los privilegios ¿en qué consiste?

Este castigo se usa con niñ@s más mayores que los castigos anteriores. Lo que se hace es quitar ciertos privilegios a los menores hasta que mejora su conducta.

ANA: Nos has comentado distintos tipos de castigos, pero ¿cómo saben los padres y madres cual usar?

Pues dependerá de cada niñ@ y de la conducta que quiera modificarse. No a todos los niñ@s le sirve la misma técnica. Lo ideal es probar con una y si vemos que no hace efecto recapacitar. Puede ser que no la hayamos aplicado bien o que a nuestro niñ@ esa técnica no le sirva.

Por ejemplo, el tiempo fuera va muy bien con los niñ@s pequeños. Las técnicas de economía de puntos son buenas para cuando queremos instaurar hábitos a largo plazo, como lavarse los dientes o hacer los deberes.

ANA: Antes de terminar ¿quieres comentarnos algo más?

Si. Aprovecho la oportunidad para animar a todos los padres y madres que nos estén escuchando a que se pasen por la asesoría. No me quiero despedir sin comentar que hay una guía para la educación de los hijos que ha editado el gobierno de Canarias en la que se hace una metáfora muy buena entre la educación de los hijos y la elaboración de un buen plato de cocina. Dice algo así: al igual que en la cocina a la hora de elaborar las recetas, la educación de tu familia tiene un proceso de preparación y dedicación para obtener un buen plato: cuanta más información tengas mejor podrás desarrollar una educación familiar que de respuesta a los cambios sociales y familiares. La educación familiar implica esfuerzo, al igual que hacer un buen plato de cocina y por último la educación familiar precisa dedicación y perseverancia.

ANA: Recuérdanos que tienen que hacer las personas que quieran acudir a Asesoría y Orientación para padres y madres. Reiteramos que este servicio es gratuito.

Como he comentado antes, tan sólo hay que llamarme por teléfono para que pueda darles una cita. Estoy ubicada en Servicios Sociales y el número de teléfono es: 953 56 22 09. Recordad que la asesoría es los jueves de 11 a 13h. Agradecer que nos hayáis invitado a pasar este rato con vosotros.





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