FORMA ADECUADA
· Encontrar un momento en que hay algún pretexto para hablar del tema: alguna anécdota cotidiana, algo que salga en la televisión, etc.
· Conocer ¿qué piensan del alcohol? ¿qué saben? ¿qué sienten? ¿qué les gustaría saber?
· Lograr un ambiente de diálogo y conversación distendida.
· Estar dispuestos a escuchar opiniones que no nos gusten y permitir que sean expresadas sin que se monte un drama.
· Intercalar preguntas ¿tú qué crees? ¿Tú qué opinas?... con comentarios y la información necesaria que favorezca su reflexión.
· Utilizar mensajes sencillos que incluyan ejemplos cercanos a su realidad.
· Información objetiva sobre los efectos positivos y negativos.
Resaltar los efectos positivos del no consumo.
FORMA INADECUADA
· Un momento lleno de interferencias: estar haciendo otra cosa, mucha gente por el medio,...
· Someter al hijo a un interrogatorio en un tono autoritario.
· Darle un discurso o sermón.
· Dramatizar e intentar asustarle y meterle miedo, deformando la realidad.
· Hablarles de situaciones exageradas y poco comunes a su realidad para enfatizar los riesgos del consumo.
· Hablarles de consecuencias negativas a largo plazo, por ejemplo; cirrosis hepática, alcoholismo... lejanas al joven, en lugar de hacer hincapié en los efectos a corto plazo (accidentes de tráfico, cortar el rollo de una noche divertida...).
No responder a sus dudas y preguntas. Si no se saben, buscar la respuesta y hablar con ellos en otro momento, cuando nos hayamos informado.
ES IMPORTANTE:
• Tener un conocimiento objetivo sobre el alcohol para poder transmitir mensajes claros.
• Tomar conciencia de que la edad media de inicio en el consumo de alcohol se sitúa en torno a los 13,6 años, según las últimas investigaciones, por lo que en este momento tus hijos deben de estar ya preparados.
• Procurar que tu hijo beba lo más tarde posible, ya que un adolescente que comienza a beber a edades tempranas, tiene más probabilidades de acabar teniendo problemas que si lo prueba siendo más mayor.
• Informar a tus hijos sobre los efectos y consecuencias negativas del alcohol, en el organismo y en la conducta, especialmente a corto plazo, ya que esto puede ayudarles a ser prudentes con el consumo.
• Ayudar a tus hijos a que diferencien entre usar y abusar del alcohol, aunque lo deseable sea conseguir que no beban.
• Advertir a tus hijos que no es tan fácil controlar el consumo de alcohol como ellos creen.
• Prestar atención a la función que cumple el uso de alcohol en la vida de tus hijos.
Fuente: Guía: "Habla con ellos, Ayuda a tu hijo a no tener problemas con el alcohol". ADES
· Encontrar un momento en que hay algún pretexto para hablar del tema: alguna anécdota cotidiana, algo que salga en la televisión, etc.
· Conocer ¿qué piensan del alcohol? ¿qué saben? ¿qué sienten? ¿qué les gustaría saber?
· Lograr un ambiente de diálogo y conversación distendida.
· Estar dispuestos a escuchar opiniones que no nos gusten y permitir que sean expresadas sin que se monte un drama.
· Intercalar preguntas ¿tú qué crees? ¿Tú qué opinas?... con comentarios y la información necesaria que favorezca su reflexión.
· Utilizar mensajes sencillos que incluyan ejemplos cercanos a su realidad.
· Información objetiva sobre los efectos positivos y negativos.
Resaltar los efectos positivos del no consumo.
FORMA INADECUADA
· Un momento lleno de interferencias: estar haciendo otra cosa, mucha gente por el medio,...
· Someter al hijo a un interrogatorio en un tono autoritario.
· Darle un discurso o sermón.
· Dramatizar e intentar asustarle y meterle miedo, deformando la realidad.
· Hablarles de situaciones exageradas y poco comunes a su realidad para enfatizar los riesgos del consumo.
· Hablarles de consecuencias negativas a largo plazo, por ejemplo; cirrosis hepática, alcoholismo... lejanas al joven, en lugar de hacer hincapié en los efectos a corto plazo (accidentes de tráfico, cortar el rollo de una noche divertida...).
No responder a sus dudas y preguntas. Si no se saben, buscar la respuesta y hablar con ellos en otro momento, cuando nos hayamos informado.
ES IMPORTANTE:
• Tener un conocimiento objetivo sobre el alcohol para poder transmitir mensajes claros.
• Tomar conciencia de que la edad media de inicio en el consumo de alcohol se sitúa en torno a los 13,6 años, según las últimas investigaciones, por lo que en este momento tus hijos deben de estar ya preparados.
• Procurar que tu hijo beba lo más tarde posible, ya que un adolescente que comienza a beber a edades tempranas, tiene más probabilidades de acabar teniendo problemas que si lo prueba siendo más mayor.
• Informar a tus hijos sobre los efectos y consecuencias negativas del alcohol, en el organismo y en la conducta, especialmente a corto plazo, ya que esto puede ayudarles a ser prudentes con el consumo.
• Ayudar a tus hijos a que diferencien entre usar y abusar del alcohol, aunque lo deseable sea conseguir que no beban.
• Advertir a tus hijos que no es tan fácil controlar el consumo de alcohol como ellos creen.
• Prestar atención a la función que cumple el uso de alcohol en la vida de tus hijos.
Fuente: Guía: "Habla con ellos, Ayuda a tu hijo a no tener problemas con el alcohol". ADES
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