La ketamina (clorhidrato de ketamina) es un agente anestésico general disociativo, no volatil, no barbitúrico y no narcótico, que se sintetizó en 1962.
La ketamina se usa clínicamente como anestésico general, es considerado un anestésico manso y a menudo se utilizaba en pediatría y geriatría. Su presentación farmacéutica es un líquido inyectable.
Argot
Argot
K, vitamina K, Special K, super K, ket, keta, kit-kat, L.A. Coke, especial CK, CK, Calvin Klein (ketamina+cocaína), Mary-Kay, María-K (ketamina+marihuana), heroína psicodélica.
Como se usa / Consumo
Al igual que sucede en el caso de los consumidores de «drogas sintéticas», no hay un perfil determinado de usuario de ketamina, aunque mayoritariamente tienen en común que son consumidores habituales de «drogas de síntesis» y policonsumidores de otras drogas, como cocaína, speed, cannabis, alucinógenos, tabaco y alcohol.
En ambientes recreativos la forma de administración más frecuente es el uso intranasal de pequeñas dosis(10-40 mg).
Efectos
Su acción se inicia rápidamente cuando se administra por vía intramuscular o intravenosa y la máxima concentración plasmótica se alcanza en 10 min. Cuando se ingiere por vía oral, no se absorbe bien y se produce, además, un primer paso de metabolización, por lo que su biodisponibilidad es baja.
Los consumidores de ketamina experimentan un estado disociativo como si estuviesen «fuera del cuerpo», con sensación de estar flotando. Dicho estado puede ser profundo, generando experiencias alucinatorias y dificultad para moverse, así como alteraciones de la percepción y aparición de flashbacks incluso meses después del consumo.
A dosis bajas los efectos se parecen a una borrachera por alcohol o sedantes, con pérdida de coordinación y dificultades para hablar y pensar, visión borrosa, etc. Ya a dosis altas, puede producirse un viaje psicodélico muy fuerte, pudiendo aparecer delirios y pseudoalucionaciones, perdiéndose la noción de quién se es y de dónde y con quién se está, con pérdidas de la noción del tiempo y del reconocimiento de lo que pasa alrededor. Algunas personas se ven fuera de su cuerpo o piensan que han muerto o se van a morir.
La ketamina provoca una dependencia psicológica muy alta y una rápida tolerancia. Es una sustancia muy peligrosa. Puede provocar depresión respiratoria, paro cardíaco, trastornos de ansiedad, paranoias y su consumo de forma continuada, problemas de memoria, concentración y deterioro de otras habilidades.
La ketamina es una droga muy potente y extraordinariamente peligrosa. En dosis altas puede provocar pérdida de conocimiento, coma, convulsiones, derrames cerebrales, asfixia y paro cardíaco.
La ketamina aumenta la presión arterial; por tanto, está especialmente contraindicada para personas con hipertensión, problemas cardíacos o con antecedentes de accidentes cerebrovasculares. La ketamina está contraindicada en las personas en tratamiento con medicamentos tiroideos, hepáticos, con problemas oculares, psiquiátricos o con antecedentes de haberlos tenido. El consumo de ketamina puede producir ataques de pánico y ansiedad. El consumidor puede perder el control de sus actos durante varias horas, llegando incluso a perder la conciencia y la memoria.
En estudios con voluntarios sanos, la ketamina induce síntomas similares a los de la esquizofrenia, con alteraciones de la percepción, reducción del rendimiento cognitivo, estados disociativos, dificultad para recordar palabras y disminución de la memoria inmediata.
Legislación
Legalmente sólo puede adquirirse mediante receta médica y es exclusivo para uso clínico y para uso veterinario, aunque algunas recetas se pueden falsificar, en este caso parece más claro que se importa de otros países europeos que el consumo está más extendido o incluso asiáticos.
Se está estudiando la inclusión de esta sustancia dentro de la lista III de las sustancias sometidas a fiscalización internacional.
Fuente: ieanet.com
Legislación
Legalmente sólo puede adquirirse mediante receta médica y es exclusivo para uso clínico y para uso veterinario, aunque algunas recetas se pueden falsificar, en este caso parece más claro que se importa de otros países europeos que el consumo está más extendido o incluso asiáticos.
Se está estudiando la inclusión de esta sustancia dentro de la lista III de las sustancias sometidas a fiscalización internacional.
Fuente: ieanet.com
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